En momentos en los cuales el debate no existe, aunque sí las posturas, sobre la propuesta de convertir los clubes (Asociaciones sin fines de lucro) en Sociedades Anónimas, el dirigente chaqueño orientó el debate hacia la falta de formación de dirigentes y la incidencia del Estado en las instituciones.
Marcelo Golob es, actualmente, presidente de Asociación Italiana de Charata. Lo fue en otro período, y nunca dejó de integrar la comisión directiva. Fue presidente de la Federación Chaqueña de Básquetbol y también integró la dirigencia de la Confederación Argentina de Básquetbol. Habla de uno de los pocos clubes correctamente administrados en cuanto a lo económico y en infraestructura, que ha sabido construirse con recursos propios. A excepción de un período en el básquet profesional, en el cual, junto con Española y otros clubes, recibieron aportes del Estado.
Italiana tiene diez empleados en blanco, asociados a Utedyc, fijos, pero más de 50 a través de las diferentes disciplinas, además de un estadio refrigerado con tablero de cuatro caras, gimnasio, albergues, oficinas y un salón de conferencias, un microestadio, estadio de bochas, un polideportivo con quincho, una pileta con quincho en la sede social y colegio secundario.
Desde 1993 cuenta con la mutual, más el trabajo de subcomisiones, cuotas sociales, ley de sponsorización, incluso tiene un colectivo. Todo lo que necesita un mantenimiento, reparación y previsión de recambios, para gestionar económicamente a Italiana.
Cuentan con tarjetas corporativas en el Nuevo Banco del Chaco y el Banco Santander, que se adquirieron para comprar materiales (que se compró en 2021) para las obras, ya que además está reconstruyendo un importante salón en la sede social.
«Para acceder a eso hay que hacerse tiempo y, al margen de eso, las responsabilidades civiles, comerciales y económicas son importantes, porque somos los directivos los que respondemos con nuestro patrimonio», explicó el dirigente.
El ojo del huracán no está en la «privatización», el eje, si cambiamos las vocales, está en la nostálgica figura del dirigente que le ponía «pasión», pero para crecer y competir no alcanza.
«En primer lugar, los clubes somos asociaciones civiles u organizaciones civiles sin fines de lucro donde pregonamos el asociativismo», reconoció Golob, sin embargo el rol que juega la política partidaria en las instituciones es para el dirigente uno de los peldaños flojos de la gestión.
EL ESTADO Y LA POLÍTICA PARTIDARIA EN LOS CLUBES
«En nuestra provincia -puedo hablar desde el año 1983 a la fecha- primero los gobiernos deben dejar de hacer política partidaria con los clubes para abocarse a hacer verdaderas políticas deportivas. Entonces, deben tener una continuidad», sentenció
Pero no queda ahí, el empresario manifestó: «Los dirigentes deportivos en su mayoría son políticos; entonces se genera esa dependencia del gobierno del turno, ahí es donde se genera el adoctrinamiento o compra de voluntades y después ese funcionario o ese gobierno del turno se retira y acompaña a otro, a ese no lo acompaña, entonces no hay continuidad».
Para Golob, sin voluntariado, sin un dirigente abanderado solo con los colores del club, pero también con una formación y conocimiento de las herramientas que brindarían esa independencias, «no hay perseverancia, no hay conocimiento de la legislación deportiva nacional y provincial, de los derechos de formación deportiva».
«Entonces, hay formas donde a través de una legislación podemos generar también los recursos en las organizaciones civiles sin fines de lucro. Y qué paradoja, estamos hablando de asociaciones civiles sin fines de lucro. ¿Y cómo funcionamos? ¿Quién les paga a los profesores? ¿Quién paga la luz? ¿Quién paga el agua? ¿Quién paga los productos de limpieza? ¿Quién paga los impuestos? No es tan sencillo el tema», remarcó.
Puede existir acompañamiento del Estado, sí, pero para Golob «en estos casos, tiene que ser integrado y total, no para «vivos», tiene que ser en función de ver qué es lo que vos le ofrecés a la sociedad»
Respondiendo puntualmente a la pregunta, Golob dijo: «En muchos lugares conviven las asociaciones civiles sin fines de lucro. Con las sociedades anónimas no veo inconvenientes. Será muy difícil que los empresarios puedan en la Argentina. ¿Cuántos clubes somos en el Chaco y en Charata? Acá más de 40, seguro. ¿Y cuántos tienen socios? Un club sin socios lo considero entre comillas una sociedad anónima. En este momento en una sociedad anónima, porque un club u organización civil sin fines de lucro tiene que estar conformada por socios que se reúnan y tomen determinaciones, y la cuota social como corresponde, si no estamos hablando intangiblemente de una sociedad anónima».
«En lo personal no quiero la sociedad anónima. Estamos bien, ¿por qué?, porque nos obliga y nos exige a la esencia de la naturaleza del dirigente deportivo. Ahora, esto nos invita a que nos preparemos; para transformarme en dirigente deportivo tengo que estudiar», resumió.
TEXTO Y FOTO: Diario Norte (Agencia Charata).
Facebook
RSS